A pesar de la crisis y de la caída del mercado inmobiliario, la compra de pisos vuelve a ganar importancia como principal opción de inversión rentable y segura.
Frente a la volubilidad de la bolsa, y al miedo generalizado por la inseguridad de los depósitos bancarios despues de la crisis financiera en Chipre, muchos ahorradores decidieron volver al ladrillo para defender sus ahorros y generar ingresos.
Con el objetivo de obtener una rentabilidad inmediata y satisfactoria, a través del alquiler de una propiedad, los pequeños ahorradores compran al contado, buscan pisos de segunda mano baratos y sencillos, con precios inferiores a los 150.000 €, en el centro de las grandes ciudades.
Entre ellas, Barcelona se sitúa entre las ciudades con la rentabilidad más alta, que en ciertos casos puede llegar hasta un 7% en las zonas más céntricas, muy por encima de los comunes depósitos bancarios.
En la zona del Casco Antiguo de Barcelona, además, otros propietarios aprovechan el gran movimiento de turistas y optan por convertir sus pisos en apartamentos turísticos que se alquilan por semanas y pueden obtener una rentabilidad aún más alta.
Otro factor que favorece la inversión inmobiliaria es la legislación que permite no declarar los ingresos de un alquiler de larga estancia en el IRPF, siempre que el inquilino tenga menos de 30 años, lo que aumenta muy significativamente la rentabilidad. Considerando el gran número de estudiantes y jóvenes profesionales que eligen vivir en el centro Barcelona, el negocio para los propietarios puede ser redondo.