Te habrás dado cuenta ya de que la Ciutat Vella, además de ser un escaparate arquitectónico, es uno de los lugares más acogedores de Barcelona. Ya te hemos contado en anteriores post cómo la magia que envuelve al barrio del Raval puede atraparte y cambiarte la vida, y cómo el Born te ofrece miles de posibilidades para dar rienda suelta a tu lado más innovador y vanguardista. La densidad de restaurantes y locales para tomar una copa o un café, la multitud de tiendas diferentes, alternativas, su ambiente bohemio y su rica oferta cultural hacen del distrito de Ciutat Vella un lugar inmejorable para vivir. Es muy fácil que si pones un pie en el Raval, en el Born o en el barrio Gótico quieras vivir la experiencia de tener aquí tu hogar. No es un sueño inalcanzable: alquilar o comprar un piso en el Casco Antiguo de Barcelona es una posibilidad que está en tus manos. Ya te hemos contado las increíbles posibilidades que te ofrecen el Raval y el Born. Hoy queremos ofrecerte una guía para perderte por el Barrio Gótico de Barcelona. Vamos a demostrarte que, tras los muros de piedra de este monumental barrio, hay una nueva vida que te podría estar esperando.
El Barrio Gótico es el núcleo más antiguo de la Ciudad Condal. Su estructura permaneció casi intacta hasta el siglo XIX, cuando se derribaron las antiguas murallas medievales y se transformaron los cementerios parroquiales en plazas públicas. El Barrio Gótico es, sin duda, el mayor recuerdo que tenemos de aquella Barcelona medieval. Un lugar evocador, con una atmósfera especial, que permite revivir épocas pasadas en estos tiempos de modas revival. De hecho, el Gótico es el ejemplo perfecto de cómo un barrio tan antiguo ha estado en constante modernización. Es esta mezcla de lo viejo y de lo nuevo la que hace que gente de todo el mundo quiera vivir aquí, en el Barrio Gótico. Seguro que si te das una vuelta por la Catedral de Barcelona (construida entre finales del siglo XIII y principios del XIV), verás a emocionados turistas disfrutando de la increíble fachada, que, curiosamente, apenas supera el siglo de historia (la obra se hizo entre 1887 y 1912).
Un barrio a través de los sentidos
Si vas con prisas, tómate tu tiempo, sus angostas y sinuosas calles pueden parecerte un laberinto y llegar a tu destino puede llevarte algún tiempo. Por eso, cuando estés por aquí, quizá buscando el que será tu nuevo hogar, mira arriba y abajo y disfruta de las fachadas y sus detalles… ¡relájate en sus plazas! A nosotros nos encanta la Plaza del Rey y la plaza de San Felipe Neri, asentada sobre uno de los antiguos cementerios medievales y testigo de los episodios más negros de la Guerra Civil española, como demuestran los boquetes en la fachada de su iglesia.
Puede que te gusten los espacios más amplios y bulliciosos para vivir. Quizá el entorno de la Plaza Real sea tu sitio. Allí serás mimado por la gran cantidad de restaurantes y bares que están esperando a que llegues.
Asegúrate de caminar todo lo que puedas, el Barrio Gótico es perfecto para dar un gran paseo, pero si has decidido hacer un alto en el camino y descansar un rato, la Calle Ferran, que está justo a un lado de la Plaza Real y lleva a Plaza Sant Jaume, es un buen lugar para encontrar bares y cafeterías.
Aunque si quieres comer en un sitio con historia, acércate a Can Culleretes, que según el libro Guinnes de los Récords, es el segundo restaurante más antiguo de España y el primero de Cataluña. La familia Agut-Manubens ofrece una carta de cocina catalana a buen precio. Puede que los canelones de brandada de bacalao, la dorada al horno y la escudella y carn d’olla sean sus platos más ovacionados.
Después de darte este homenaje gastronómico, sigue la estela que deja tras de sí el aroma de la calle Petritxol. Sus tradicionales chocolaterías harán que sucumbas a la tentación de tomar un chocolate calentito, sobre todo ahora que se acerca el frío. Pasear por esta calle, además de ser una delicia para el olfato y para la vista, puede serlo también para curiosear un poco. ¿Os habéis fijado en sus paredes? Recuerdos de personajes que vivieron o trabajaron en la calle, como Àngel Guimerà, Joan Salvat-Papasseit o Montserrat Caballé, decoran sus muros. Lo más curioso son las famosas mayólicas. Sólo con tocar estas placas de cerámica, con indicaciones y dibujos, podrás revivir la historia de Petritxol, que en 1959 se convirtió en la primera calle peatonal de la ciudad.
Empieza a caer la tarde y sientes que necesitas una buena dosis de música. Llevas todo el día visitando rincones, buscando, quizá, la que será pronto tu casa entre los viejos muros de este barrio, y, de pronto, llegas al Harlem Jazz Club. Pocas veces encontrarás está sala en silencio. No es la sala de conciertos más antigua de Barcelona, pero tal vez sus paredes sean las que más música en vivo han escuchado. Dicen que han dado más de ocho mil conciertos y cuentan que Albert Pla escogió el Harlem para volver a tocar…
… Y puede que cuando despiertes sigas escuchando música en tu cabeza, quien sabe si, ya, desde esa habitación en ese lugar soñado, en tu casa del Barrio Gótico. Si todavía necesitas ayuda, estamos esperando a que nos llames, tenemos esa casa que buscas aquí, en https://www.cascanticbcn.com/pisos/