El centro de Barcelona atrae a nacionales y extranjeros para la compra de propiedades. Comienza el año 2011 con buen tono inmobiliario en la zona céntrica de la Ciudad Condal, con la llegada de inversores y simples amantes de la ciudad buscando buenos precios en apartamentos de segunda mano.
Pasada la tormenta inmobiliaria de fines del 2007 y comienzos del 2008, que trajo un año de sequía en la venta de inmuebles, solo queda crecer.
Después de que el mercado haya producido alzas desmesuradas en precios, motivadas por el dinero fácil que otorgaban bancos y diversas entidades financieras, sucedió lo esperado, se desinfló el gran globo, produciendo importantes bajadas de precios que al día de hoy podemos valorar en una media del 40% .
Es cierto que si hacemos una media nacional podemos ver que la demanda ha crecido muy poco, tomando como referencia los últimos años precrisis, pero con estas evaluaciones se suele caer en dos errores fundamentales:
– Primero, realizar las comparaciones tomando como marco de referencia años donde la actividad en el sector fue desmesurada y de un crecimiento inusualmente no selectivo a lo largo y ancho de España.
– Segundo, analizar la actualidad con parámetros no diferenciados por provincias, zonas, tipos de viviendas, nuevas o de segunda mano.
Es común escuchar a los analistas que hablan de la actividad inmobiliaria nacional y con pesimismo lógico señalan los grandes stocks de inmuebles nuevos a estrenar y vacíos que las constructoras acumulan en las zonas periféricas de las ciudades.
Pensar el mercado inmobiliario como una gran bolsa donde se mide únicamente la oferta general de producto es un
error ya que la demanda es selectiva: quien necesita un inmueble en el centro de Barcelona, Madrid o San Sebastián, poco caso hará a una propiedad que se encuentra a 20, 30 o 40 km del centro de importantes capitales europeas, por más baratos que pueda encontrar un piso en las afueras.
La oferta es diferenciada por una gran cantidad de factores y por lo tanto también la demanda.
Los grandes stocks de viviendas construidos en terrenos indiscriminadamente recalificados deberán seguir esperando, quizás el crecimiento demográfico, el corrimiento lógico y permanente del centro hacia las periferias por parte de familias que buscan tranquilidad, o la intervención del estado con planes de promoción.
Hablar de la actividad inmobiliaria y pensar solamente en las promotoras (constructoras) seguirá siendo un error: en las zonas céntricas la actividad de construcción es mínima y la problemática de las empresas constructoras es diametralmente opuesta a la de las empresas de intermediación, ya que estas últimas no acumulan grandes stocks adquiridos o construidos a precios anteriores.
En Barcelona centro notamos, particularmente en la actividad de nuestra empresa dedicada a la compraventa de inmuebles en el casco antiguo de la ciudad condal, que desde finales del año pasado se esta produciendo un crecimiento sostenido de la demanda por nacionales y extranjeros que se sienten atraídos por los precios actuales de las propiedades, siendo estos mas bajos de los que se encuentran en los centros urbanos de otras importantes capitales europeas.
La ciudad crece año tras año en forma sostenida y su difusión a nivel internacional como marca es importante. Actividades deportivas diversas con sus torneos y sus estrellas, la historia cultural de la ciudad con sus figuras cumbres y su arte trasgresor, las diversas alternativas turísticas de ciudad con mar, su gastronomía destacada, sus importantes congresos, la creciente consolidación como ciudad de atractivo para el colectivo gay: en fin no es difícil entender que a quien viene de París, Londres o Milán a comprar una segunda residencia, o simplemente quien busque realizar una inversión destinada a la renta, no le signifique lo mismo comprar en el centro de Barcelona que en sus periferias.